Buenos días, Señor.
Un nuevo día que me
regalas.
Gracias con toda la
fuerza
de que soy capaz.
Gracias por este nuevo
amanecer.
Gracias por este nuevo
empezar.
Gracias por tu presencia
que me acompañará en
toda la jornada.
Quiero comenzar este
nuevo día
con entusiasmo,
con alegría reestrenada,
con ilusión nueva.
Me da seguridad el saber
que Tú estas a mi lado:
en mi familia, en mis
amigos,
en la gente con la que
me voy a encontrar,
en mi propia persona.
Te ofrezco mi trabajo de
este día.
Que mi esfuerzo sea
fecundo,
sirva para la felicidad
de los demás
y me ayude a encontrar
mi propia paz.
Que, con mi trabajo, mi
día sea un pedacito
del mundo que busco y
sueño.
Ayúdame a llenarlo de
entrega y amor.
Señor, que hoy viva de
tal manera
que cuantos se acerquen a
mi
descubran tu presencia y
tu ternura.
Buenos días, Señor.
Un nuevo día que me
regalas.
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